El Covid-19 – Mi oportunidad III


¿Habéis sentido alguna vez esa sensación cuando crees ya que tienes colocadas todas las fichas de dominó, preparadas para dar un pequeño empujón a la que hará que caigan todas en perfecto orden y de pronto decides que ese no es el orden que realmente deseabas? Cuando de repente esa inspiración-intuición,  que sale de algún momento de lucidez clarividente, te conduce a construir otro recorrido que de pronto se convierte en el único posible. 

En una mezcla entre el deseo y el pánico, la clarividencia y la duda, la decisión y la inseguridad, el quiero y no puedo…(dejar de intentarlo), te dejas llevar y lo intentas, por supuesto. Ese subidón de adrenalina que te da el lanzarte a por tu futuro con ilusión y entrega, sin mirar atrás cuando tienes la oportunidad ahí, mirándote a los ojos, esperando tu aprobación. No hacerlo sería dejar escapar ese tren que pasa una sola vez y no es fácil que las oportunidades nos llamen a la puerta y nos hablen a la cara. 

Así me sentía yo dibujando durante el mes de mayo, mis seguidores encantados y yo más. Pensé incluso emprender algunos estudios de diseño gráfico ya que estando en paro podría tener tiempo para estudiar, busqué información, pero claro, eran 2 años y presencial y si empezaba a trabajar no podría compaginar los estudios con cualquier trabajo.

Fui dibujando cada día con más ilusión y me encantaba lo que hacía y por primera vez durante la cuarentena-confinamiento, tenía ilusión por hacer algo cada día. En los primeros días de mayo le hice un regalo a mi madre por el día de la madre que le encantó y le hizo tanta ilusión, que me animó mucho más a seguir. 

Mi regalo del día de la madre. Ramo de flores.

MAMÁ

En el siguiente me animé con algo más personal, más atrevido que un ramo de flores y fue como me lancé a dibujar un cuerpo humano, después de tantos años sin dibujar nada… También hacerlo como complemento a mis escritos me animaba a dibujar diferentes motivos y a convertir mis palabras en dibujos también, de manera que me resultaba cada vez más fácil plasmar cosas en el papel mientras en mi cabeza daba vueltas la idea de volver a estudiar, de aprovechar de alguna manera este mal momento que nos había traído la pandemia.

Ilustración hecha para el poema AUSENCIA.

AUSENCIA

Ahí apareció mi amiga Mónica que me dijo mira lo que he visto en Facebook, a lo mejor te puede interesar, a ti que se te da tan bien escribir y te gusta. Y allí estaba, mi segunda oportunidad en un mes. La primera, retomar mi habilidad y gusto por el dibujo y la segunda, Sara Pellicer, una periodista experta en comunicación audiovisual, creadora de su propio yo, un estilo diferente de vender, una ilusión y un entusiasmo contagioso que durante una serie de 4 webinars gratuitos nos introdujo en el cuerpo el gusanillo de lanzarnos a ser redactores digitales.

Y así es como me encuentro en este momento, realizando este curso súper intensivo e intenso, de especialización en Redacción Digital, con una cantidad de aprendizajes y un grupo de compañeros y profesores maravillosos, trabajando sin trabajar en algo que para mí es mi ilusión, escribir, comunicar, hacer lo que me gusta para ganarme la vida. ¿No es un sueño de cualquiera trabajar en lo que te gusta? ¿Entendéis ahora por qué el título de esta publicación? 

Beatriz Barragán Fernández Ⓒ 8.7.2020

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El Covid-19 Mi oportunidad


Todos hemos vivido y seguimos viviendo, la crisis que se ha originado globalmente por la pandemia provocada por el COVID-19. Es seguro que ninguno de nosotros podremos olvidar estos desgraciados acontecimientos que nos ha tocado vivir. La tremenda crisis sanitaria provocada a nivel mundial que, en la era de la globalización, la tecnificación, la digitalización del comercio y del 5.0, ha descolocado y puesto en aprietos económicos y sanitarios a las más poderosas naciones del mundo.Tan poderosos que nos consideramos los seres humanos y hemos sido puestos a prueba ~¡ y de qué manera!~ por un diminuto e insignificante virus con pinchos de corona.

Al igual que nuestros antepasados vivieron las grandes guerras mundiales, nosotros podremos recordar, cuando seamos ancianos, que vivimos y sobrevivimos a la peor pandemia mundial del siglo XXI. Desgraciadamente, han sido tantas las víctimas de esta enfermedad, que es muy probable que cada uno de los españoles hayamos perdido a algún familiar directo o a alguien cercano a nuestro entorno debido a la enfermedad provocada por el coronavirus. Así ha sido en mi caso. Yo perdí a mi primo Gelo, a los 15 días de iniciarse el primer estado de alarma y la cuarentena, el 30 de marzo, no llegó a estar ni 48 horas hospitalizado.

En esos días ignorábamos aún cual sería el verdadero alcance de la pandemia, que en la actualidad asola los países de América, tanto los EE.UU. como los de América del sur, debido a las negligentes actitudes de muchos de sus mandatarios, a destacar, como por todos es sabido, la rocambolesca, absurda, irresponsable e inmoral actuación de Donald Trump ante esta enfermedad, que está arrasando con cientos de miles de vidas en el país que preside, con absoluto y total desprecio por las vidas de quienes le han hecho llegar al poder.

Yo empezaba a barruntar que nada bueno sería de mi situación laboral, pues el día 21 de abril cumplía mi primer año de contrato en la empresa que trabajaba, sí, “trabajaba” en tiempo pasado, porque, unos días antes de esa fecha, me llamaron para comunicarme que era imposible mi renovación. Dentro de lo difícil de la situación, desplazada de mi casa y lejos de mi familia, debido a este puesto de trabajo que ahora estaba perdiendo y, en medio de la cuarentena, sin posibilidad de trasladarme de vuelta a casa. Tocaba esperar y seguir costeando unos gastos innecesarios. En cierto modo yo era más afortunada que muchos otros, 14 meses de paro me hacían tomar el asunto desde una perspectiva de tranquilidad, pero sin pausa posible. Entonces mi cabeza comenzó a dar vueltas.

No recuerdo bien de qué manera llegó a mí, a través de Instagram un curso gratuito en IGTV de “Lettering” que ofrecía Uniball España por cuenta del extraordinario ilustrador @dirtyharry.

ESTA ERA LA IDEA, QUE TODO SALDRÍA BIEN. AUNQUE EL LETTERING NO ES DE LA MEJOR CALIDAD ME AGRADA RECORDAR ESOS PRIMEROS RATOS EN QUE EL DIBUJO EMPEZÓ A SALVARME. AUNQUE EN CUADERNO CUADRICULADO, CON LÁPIZ Y BOLÍGRAFOS DE COLOR, EMPEZABA A SENTIRME MEJOR, GRACIAS A IDENTIFICARME CON UN TRABAJO QUE SIEMPRE ME HA GUSTADO.

La verdad es que yo, desde los más tiernos años de mi infancia recuerdo haber hecho eso, “dibujar letras”, aunque antes no lo llamábamos «lettering». Fué algo que alegró sobremanera mis días, y me inspiró para retomar mi afición por dibujar, tanto letras como otras ilustraciones, con un estilo muy mío y particular que empecé a practicar en la adolescencia y que hacía muchos años que tenía totalmente abandonado debido a la vorágine de la vida y el trabajo. 

DIBUJITOS SENCILLOS QUE HICE DURANTE LA PRIMERA ETAPA, YA QUE NO CONTABA CON MATERIALES ADECUADOS. NI SIQUIERA FOLIOS , POR LO QUE TUVE QUE IR HACIENDO MIS PRIMEROS PINITOS EN UN BLOC CUADRICULADO.

Por primera vez desde el 14 de Marzo, empecé a sentir que el COVID-19 me estaba dando una oportunidad. 

Continuará…

Beatriz Barragán Fernández Ⓒ 6.07.2020

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TRISTE


TRISTE - Ilustración del soneto del mismo nombre.
Triste

Aunque, siendo muy “triste” lo que está aconteciendo en estos últimos meses a causa del coronavirus, las muertes, las pérdidas económicas, de empleo, etc…, se ha constatado fehacientemente que los niveles de contaminación han caído en picado debido al estado de alarma y el consiguiente confinamiento y parón en la actividad industrial, así como en el tráfico, tanto de vehículos como de barcos y aviones. 

Así mismo y en consecuencia, la fauna y la naturaleza en general, han disfrutado de un respiro, aunque “tristemente” será breve, ya que en el momento en que los humanos volvamos a nuestra “nueva normalidad”, esta “tristeza” *(contaminación) volverá a adueñarse de TODO.

Es por eso el uso reiterado de la palabra “triste”, tanto en el título como en las rimas de este soneto.

TRISTE

Las nubes nos observan, gesto triste,

y es fugaz su mirada de esperanza

después de pocos días de esta andanza

volverán a mezclarse en humo triste.

Y su hermana, la luna, mira triste

y es que tiene una sublime añoranza,

que la luz se refleje, de su panza,

en azul cielo y no en grisura triste.

Y el pájaro que allí en su rama trina

jalea a la paloma, su vecina,

y olvida aquellos días, negros, tristes.

¡Qué lástima! Que todo sea reflejo

de un mundo que se mira en un espejo

y en breve volverá a sus días tristes.

Beatriz Barragán fernández © 7.5.2020

GUERRA MODERNA


Un mes en nuestras casas confinados,

cuidándonos del rey que está ahí afuera,

viendo pasar la vida por la acera,

penando por los muertos no llorados.

La tremenda pandemia ha “alborotado”

a la “clase” política, que alberga,

esperanzas tan falsas que, en su jerga,

de curvas, picos y EPIS han contado.

Y aquí el común de todos los mortales

aguanta como puede, confinado,

mirando a través de los cristales.

Cómo sus vidas han hipotecado

al interés de un virus coronado

que va dejando muertos a raudales.

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

Y estamos aplaudiendo en los guiñoles

al ejército verde de hospitales

que con armas escasas y retales

alzan nuestra bandera de españoles.

Caen presos de ese rey que nos gobierna

a golpe de matanzas inmorales,

nos defienden, mas no son inmortales,

escudos  de papel, guerra moderna.

Derrocar a este rey absolutista

es la lucha que por Semana Santa

mantiene hoy desierta la autopista.

Y en el balcón la resistencia canta;

tenor, rockero y hasta cupletista,

a ver si majestad se nos espanta.

Beatriz Barragán © 12.04.2020