CUARENTENA


Imagen del SARS – COV -2.

Desde el día 12 de Marzo en que el Gobierno español decretó el estado de alarma, hemos visto, leído y escuchado de todo tipo de cosas acerca del maldito Coronavirus, que es como nos lo han presentado en sociedad, que provoca la enfermedad conocida como Covid19 y cuyo nombre científico es SARS-cov-2.

Vídeos, canciones, experiencias, gente muy divertida y ocurrente mostrando al mundo sus actividades para pasar el tiempo en soledad , en familia o con niños…Eso debe ser más peliagudo, como bien nos lo ilustró Bea que quería salir a la calle a toda costa, o Pedro al cual esto del coronavirus le parece “inclebible”.

Gente con teorías y planteamientos falsos inundando nuestras redes sociales de mensajes alarmistas y falsas curas contra el virus, que afortunadamente en www.maldita.es nos informan de todos los que son “fakes” o falsos. Una ingente cantidad de vídeos de sanitarios, con “Spiriman” a la cabeza, denunciando las carencias y dificultades por las que está pasando la sanidad y los sanitarios en España.

Spiriman. Yeahh!

Los niños y los perros han sido objeto de vídeos e historias, muy graciosas algunas y algo crueles otras…así como han aparecido, como siempre los gags y mensajes virales de mal gusto, siempre hay gente desafortunada y desgraciada que saca un “dudoso humor” de las más dolorosas situaciones, aunque afortunadamente por otra parte están los que con un humor extraordinario abordan hasta el tema más peliagudo como es la situación actual. 

#yomequedoencasa

Hemos hecho deporte colectivo en soledad, jugado al bingo en el vecindario, grabado canciones y mensajes alentadores para la ciudadanía, los sanitarios y los cuerpos de seguridad, aplaudido a todos ellos cada noche a las 20:00h. con gran entusiasmo y mucha inventiva en cuanto a las formas de hacerlo, con gaitas, altavoces con la canción resistiré, proyecciones en fachadas, niños y adultos entusiasmados con esa única actividad en sociedad que podemos hacer en estas últimas semanas, aparte, claro, de ir a comprar, con más miedo que vergüenza y los afortunados dueños de algún animal de compañía a pasearlo.

Un poco de humor.

En la televisión no se habla de otra cosa, es tremendo cómo nos tienen aborregados todo el día pendientes del puñetero coronavirus. Yo ya no quiero ni saber las cifras, y no me refiero a las de los enfermos, muertos o recuperados o a las cifras que nos cuentan de “ayudas” del gobierno. Ya no me importa si la pandemia empezó el 8 de marzo o el 5 de abril, porque que nos han tomado el pelo, engañado y desprotegido; yo creo que todos lo tenemos más que claro a estas alturas.

Me refiero a otras cifras que me dan más miedo en este momento, todas esas familias que se han quedado sin trabajo, sin ingresos, a todos los autónomos, a todos los pequeños y medianos empresarios (como es el caso de mi empresa) y los trabajadores de esas empresas que ya estamos en E.R.T.E. desde el primer día y que recibiremos un 70% de nuestro salario. Y somos muchos cientos de miles en toda España.  ¿Podrán las arcas del estado con este aumento repentino del paro? ¿Podemos superar esta nueva crisis económica que se nos avecina, cuando aún estábamos sacado la cabeza de la anterior…?

Me refiero a los niños, adolescentes, jóvenes y ancianos confinados en casas “sin recursos” que no tienen acceso a Internet o a comunicaciones o a una pequeña terraza o ventana por la que recibir los rayos de sol, a todas las personas que por falta de medios del tipo que sean esta situación se les está haciendo aún más dura que al común de los mortales que se queja de que ya no tiene nada que ver en Netflix y lo malo es que lo hacen en serio…

Pienso también en la incertidumbre de los que están lejos de sus casas, en los turistas pendientes de repatriar, en los abuelitos que están dejando morir en las residencias, en los que están solos en sus casas y en las personas a las que el confinamiento, por otras razones añadidas por sus circunstancias habituales, como enfermedades crónicas, ceguera, sordera, deficiencias o trastornos psiquiátricos, cáncer, SIDA y un largo etcétera, se les está haciendo mucho más crudo que a esos famosos que se dedican a colgar toques a un rollo de papel en sus redes sociales…y con eso ya piensan que han colaborado en algo. 

También me preocupan los cientos de inconscientes, salvajes e inhumanos que continúan haciendo sus vidas y de su capa un sayo como si aquí la cosa no fuese con ellos. Agradezco a los cuerpos de seguridad que sean lo más inflexibles posible con esta gentuza, que encima después vayan a prisión y los alimentemos todos nosotros con nuestros impuestos, espero y confío que se les haga pagar hasta el último céntimo de las sanciones y penas y sino a hacer trabajos sociales. 

Buen humor para hacer honor a nuestras fuerzas de seguridad.

Pienso en toda esa gente, (que pueden), empresas, (que pueden), y también en los que lo hacen con total altruismo y esfuerzo personal, que están aportando su trabajo, para construir hospitales de campaña, por ejemplo, su dinero, para fabricar pantallas o mascarillas y todo lo que está a su alcance para colaborar en esta situación, para llevar principalmente a los sanitarios medios de protección y otros enseres, como comida, para que puedan superar las jornadas maratonianas que les toca hacer porque una gran cantidad de sanitarios están también contagiados. Supongo yo, que lo ignoro, que muchos de los médicos, enfermeros y personal sanitario que esté en el paro tendrán una oportunidad de incorporarse en esta situación para paliar y sustituir todas estas bajas que ha causado el covid19. 

Homenaje a los santarios.

Se ha dicho en montones de ocasiones en estos días que por fin es más famoso un sanitario que un futbolista, pero somos tan tontos, ¡tan tontos! que cuando todo pase, esto y tantas otras cosas se nos olvidarán y volveremos a ser como siempre…Seguirán moviendo miles de millones los futbolistas y el resto de deportistas a verlas venir y la sanidad igual…¿O no?

Yo hablo por mí y me siento como en un limbo, en una situación que en este momento me parece como una pes(c)adilla que quiere morderse la cola y no para de dar vueltas sin éxito. Tengo miedo y no por la enfermedad, sino porque acabamos de salir de una crisis y veo que se nos viene encima otra vez y de nuevo no va a estar a mi alcance hacer nada para resolverlo. Tengo miedo y estoy preocupada por el futuro de mis hijos y por el futuro de nuestro país y del mundo entero, porque…

¿Por qué somos capaces de gritar a una y ser tan maravillosos cuando todo el mundo se entera y hacemos causa común y no podemos serlo a diario cuando todo está “bien”? ¿Por qué es tan difícil querer a los nuestros cada día con la misma intensidad que pretendemos ahora? ¿Por qué vivimos en una permanente carrera…hacia qué, hacia dónde? ¿Por qué somos falsos y no amamos de verdad con el corazón? ¿Por qué nos empeñamos en buscar los problemas y no las soluciones? ¿Por qué si hoy nos damos cuenta que hay tantas cosas mucho más importantes por las que vivir y para las que vivir, no lo hacemos habitualmente? 

La única alegría que tengo en estos momentos es por nuestro planeta, porque en estos días de confinamiento le estamos dejando respirar un poco más, nuestra paralización le está devolviendo la vida y en eso es en algo que debemos de reflexionar e intentar reducir nuestro consumo de recursos contaminantes, luz, combustibles, agua, etc… al máximo, no sólo ahora sino después. Intentar ir a pie a hacer las compras, subir a casa por la escalera y no por el ascensor, apagar las luces cuando no son necesarias, economizar el agua en nuestras duchas, reciclar, reciclar y reciclar…y no consumir tanto papel higiénico 😉.

Tenemos que empezar por nosotros, dejar de correr, dejar de estar enfadados con el mundo, porque lo más grande lo tenemos cada día, nuestra salud, física , (la mental hay que cultivarla), nuestros seres queridos, hijos, padres, hermanos, primos, amigos, compañeros de trabajo. Dejemos los problemas, rencores, envidias, diferencias y seamos “siempre” un todo, uno solo, todos somos UNO y ese UNO siempre es más fuerte y más poderoso ante las adversidades y disfruta mucho más con la felicidad y el bien de cada uno. 

Al igual que en este momento de crisis sanitaria mundial estamos en «Modo solidaridad on». ¡Estémoslo siempre!. Qué nos cuesta darle la mano a un anciano para cruzar la calle, sonreír a nuestro vecino en la escalera, ser amable con el dependiente del supermercado, poner buena cara al volver del trabajo si nuestros hijos o nuestra pareja nos están esperando y darnos esos abrazos y besos que tanto nos están faltando ahora.

Si hoy nos parece un inmenso castigo estar en casa sin poder salir, imaginaros a la gente que ha perdido a sus familiares, padres, hijos, maridos, hermanos, por esta maldita pandemia y ni siquiera les han podido consolar en sus últimos momentos. 

Nuestra vida en un balcón.

Siempre hay alguien en peor situación, siempre hay algo peor que nos puede ocurrir. 

Hay una canción de todos conocida que dice “Tres cosas hay en la vida : salud, dinero y amor” 

https://youtu.be/An4T0wUerRs

Ahora es el momento de ponerlas en orden…para este y todos los momentos difíciles que nos toque vivir, que nunca se nos olvide. 

Beatriz Barragán Fernández © 26.03.2020