Respeto a tope la idea
de ser feliz el casado
mas creo que es denostado
el soltero porque sea
feliz como él mejor crea.
No es óbice el matrimonio
y a veces es manicomio,
no da la felicidad
ni es una necesidad,
yo fui infeliz de casada
y ahora soy divorciada
y adoro mi «soledad».
Soledad en los papeles
que no me tienen que atar
a nadie por un altar
ni por sernos «siempre fieles».
En lo amargo y en las mieles
yo disfruto del amor,
no debo ningún favor
por haber sido «adquirida».
En mi ser llevo una herida
que me produjo un esposo
maltratador y orgulloso
y no me sentí querida.
Crié en soledad a tres hijos
orgullosa de mi misma,
yo soy mujer de carisma
y de principios muy fijos.
Conozco los entresijos
del amor y el desamor,
no me conquista una flor,
soy valiente y muy valiosa;
trabajadora, amorosa,
alegre, perfeccionista,
de mi vida la guionista
y soy soltera orgullosa.
Me casé con veintitrés
en julio, tarde lluviosa,
era yo joven y hermosa
pero aquello fue un traspiés.
No opines lo que no ves
ni generalices nunca,
pues el amor se nos trunca
aunque pienses que es perfecto.
En todo hallamos defecto
si lo queremos buscar
y no nos vamos a amar
porque lo diga un prefecto.
El amor es otra cosa
que no trae el casamiento
y no es un mandamiento,
casarse, puede ser fosa.
Fosa común, con la losa
de estar para siempre juntos
aunque descubramos puntos
discordantes en el otro,
que, desbocado cual potro,
arrasa como el de Atila,
todo tu ser aniquila
y tu yo se vuelve esotro.
Si tú te amas a tí mismo,
es mandamiento primero,
yo quiero porque me quiero
y no caigo en el abismo
del dolor por «idiotismo».
El amor es algo enorme;
no quiera que me conforme
por que lo diga un papel,
no quiero, para ser fiel,
que me lo den por escrito.
Lo que yo más necesito
es disfrutar junto a él.
Tuve parejas distintas
después de aquella experiencia
y yo le digo, a conciencia,
que nada de medias tintas.
A todos amé, y extintas
quedaron mis ilusiones
pues después de las pasiones
se borraron compromisos.
Y es que, amores imprecisos,
no quiero para mi vida,
pues, herida tras herida
aprendí a leer los visos.
Cuando amé mi soledad
y disfruté de mi misma
la vida adquirió otro prisma
y atraje sólo bondad.
Y esta es hoy mi realidad:
quiero al más bueno de todos
los hombres, que por sus modos,
no me hubiera conquistado,
pero él sí me ha entregado
su corazón, que es de oro,
él me trata con decoro
y así es que me ha enamorado.
Es digno y digno de mí
pues con dignidad me trata,
su ternura desbarata
cualquier duda que sentí.
Me quiero sentir así
cada día de mi vida
enamorada y querida
en una sana igualdad
respeto y fidelidad
sin que papeles ordenen
mis anaqueles, o llenen
mi vida de seriedad.
Finalizo aquí esta oda
a mi amor en soltería
y esto es pura tontería
pues vivo mi vida, toda,
bajo el techo, mas sin boda.
Amo y respeto a este hombre
y no necesito el nombre
de esposa, porque lo soy
y lo digo porque doy
lo que se le da a un esposo,
con pasión y sin reposo
desde ayer, mañana y hoy.
Beatriz Barragán Fernández © 30/8/2023
Si después de tantos vaivenes has encontrado esta relación gozosa, brindaremos contigo y con él todos los que te quieren.
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Así es prima, creo que lo encontré, porque en esta vida uno nunca puede estar totalmente seguro de algo. Pero si, estoy muy feliz y me siento tal como expreso en el poema. Un abrazo grande para ti y los tuyos.
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