En esta ocasión quiero haceros una pequeña introducción acerca de la imagen que encabeza este post. Se trata de un cuadro que luce en el despacho de mi amigo Dionisio Barragán, español residente en Panamá, y que él mismo realizó a partir de las hojas de un diario del New York Times que le había regalado su cuñado, traído directamente desde Nueva York en el mes de Agosto de 2001, justo un mes antes del atentado que cambió el mundo…
Me explicaba Dionisio que, como curiosidad, me podía contar que solo se podía visitar la azotea de una de las torres y que en aquel viaje que hizo su cuñado viajaban 4 parejas que en la actualidad no tienen ninguna relación entre ellos , pero siguen casados y cada una de esas parejas han tenido 2 hijos.
Recuerda también sus caras de estupor al producirse los atentados cuando intentaban asimilar como aquellos mastodontes de hormigón que habían visitado apenas un mes antes, ya no existían.
En fin, me parece que el estupor se apoderó aquél día no sólo de las caras, sino de los corazones de millones de habitantes de Nueva York, E.E.U.U. y de todo el mundo entero.
La disposición de los versos pretende formar las dos torres y la estrofa final central simboliza los caídos en el atentado.
Aviones chocan Islam, proclaman,
contra las torres, a Alá aclaman.
el mundo llora, De Dios no entienden,
saltan los hombres. ¡No saben nada!
Ríos de tinta Son sólo excusas,
corren y corren, con sus proclamas,
cuanta desdicha, detrás se esconden
cuanto desorden. de Alá que manda.
Hombres, mujeres, ¿Es guerra santa?
ricos o pobres, ¡Como que santa,
nada distinguen, si a gente mata!
caen las torres. Venganza claman.
¡Cuan desespero, Ya no hay venganza,
cuanta impotencia! no queda nada,
Han muerto miles, miles de almas
¿Para que sirve? allí descansan…
Llega la pena
llena de rabia
¡Que sinsentido!
¡Cuando un Dios mata!
Beatriz Barragán © 11.09.2014
Beatriz Escribe - KauzeArt 
Me parece original la manera como hay dispuesto el poema para emular a las torres y el trágico suceso. El odio puede tener un efecto dominó, los hombres, en nombre de Dios hacen sus guerras y el odio de éstas genera mas odio. Lamentable es que quienes sean los que no se envuelven en esas luchas de poder y tiranismo son los que mueran mas rápidamente, Nuestro injusto mundo!
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Así es Alejandra, se cometen tantas barbaridades en nombre de las religiones o de cualquier otra cosa, únicamente en la lucha por el poder… Y siempre pagan justos por pecadores…
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hermoso poema, aunque el tema sea trágico, y desbastador.
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Muchas gracias por dejar tu opinión!
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Si, la verdad que es difícil escribir sobre este tipo de temas. Gracias por tu valoración.
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