¿Y porqué no?
Por qué otras manos no te pueden acariciar igual.
Por qué otros ojos no te pueden mirar igual.
¿Y porqué no?
Por qué otras manos no te pueden acariciar igual.
Por qué otros ojos no te pueden mirar igual.
En la esquina de la acera
se divisa una figura,
femenina es su apariencia,
en su alma crece una duda.
Deseo de tu mirada el halago
y de tu boca el silencio,
cuando en un beso apasionado
tu no cierras los ojos
y me miras sonriendo.
Los días pasan apresuradamente lentos,
con la lentitud del tiempo eterno
que nos parece esperar lo deseado.
Te doy las gracias mi amor
por ser tu desvelo,
por tratarme con respeto,
por amarme como un niño,
por ser mi sustento
en los momentos de desaliento.