Si las duras realidades
cuesta arriba son peldaños,
nunca olvides que los años
también son felicidades.
Vive acorde a las verdades
de quien se mira en tus ojos,
dejando atrás los enojos,
los tropiezos, las caricias.
Nuevas vidas son delicias,
no les pongamos cerrojos.
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No les pongamos cerrojos
pues nos traerán alegrías,
juntas las tuyas y mías
mirándonos a los ojos.
Olvidemos los despojos
de las penas anteriores,
no existirán los dolores
disfrutando del presente.
Despacito, frente a frente,
riéndonos, sin temores.
Beatriz Barragán © 10.12.2016